Los esfuerzos de conservación de Costa Rica son noticia en la lucha contra los residuos plásticos con la aprobación de una nueva ley que prohíbe la comercialización y distribución gratuita de bolsas y pajitas de plástico y limita la eliminación de botellas de plástico a la gestión de residuos.
Esto forma parte de un conjunto más amplio de medidas proambientales que han elevado a Costa Rica a la vanguardia de la protección del medio ambiente en todo el mundo.
Los nuevos esfuerzos de conservación de Costa Rica, promulgados en 2019, entrarán en vigor dentro de un año, a la espera de la firma presidencial del reglamento que autorice su aplicación. El gobierno cree que esto reduciría drásticamente la cantidad de basura plástica producida en el país, además de ayudar a mitigar los efectos medioambientales y sanitarios de la contaminación por plásticos.
La legislación prohíbe «la comercialización y entrega gratuita de bolsas de plástico al consumidor final en supermercados y establecimientos comerciales», a excepción de las compuestas al menos en un 50% por plástico procesado o material biodegradable.
Esto implica que los supermercados y otras empresas ya no podrán suministrar bolsas de plástico a los consumidores y tendrán que optar por alternativas más sostenibles.
Asimismo, entre los esfuerzos de conservación de Costa Rica encontrará que la prohibición de pajitas y bombillas es absoluta en todo el territorio nacional, salvo que el Ministerio de Salud establezca excepciones. Los particulares y las empresas se verán obligados a buscar alternativas a las pajitas y bombillas de plástico de un solo uso.
Los importadores, fabricantes, comercializadores y distribuidores de botellas de plástico de un solo uso deben cumplir al menos un criterio legal para poder seguir en activo. Entre ellos se incluye un porcentaje de resina reciclada en las botellas o la formación de un programa de recuperación, reutilización, reciclaje, recuperación de energía u otro tipo de recuperación de residuos. Esto significa que las empresas deben asumir la responsabilidad de su basura y encontrar formas de reciclarla o reutilizarla.
Cada día, más de 40 toneladas de basura plástica no son recogidas o capturadas por los sistemas de recogida y reciclaje de Costa Rica, según el Ministerio de Salud. Se trata de un gran problema porque la basura plástica puede tardar cientos de años en desintegrarse y puede afectar al ecosistema y a la fauna.
Durante una rueda de prensa conjunta con el Presidente, Alexei Carillo, Ministro de Sanidad, subrayó que la contaminación por plásticos y microplásticos no es sólo una preocupación medioambiental, sino también un problema de salud. La nueva ley es un paso esencial para salvaguardar la salud pública de los costarricenses y los visitantes.
«Con esta nueva regulación, Costa Rica toma la iniciativa y pasa el testigo para decir: ‘aquí estamos defendiendo nuestros ecosistemas’, además de defender la salud pública de los costarricenses y visitantes», dijo el titular de la cartera sanitaria.
La norma también prohíbe la adquisición de artículos de plástico de un solo uso, como cubiertos, vajillas o recipientes para alimentos, por parte de cualquier organización estatal. Esto significa que los organismos públicos tendrán que encontrar alternativas a los artículos de plástico de un solo uso y promover prácticas más sostenibles.
Se calcula que 170 billones de partículas de plástico, predominantemente microplásticos, flotan en las aguas del planeta, según un estudio publicado el pasado mes de marzo en la web especializada PLOS One. Según el estudio PLOS, el peso total de la contaminación plástica medida hasta la fecha es de 2,3 millones de toneladas. Estas cifras son alarmantes y ponen de manifiesto la necesidad imperiosa de actuar para atajar la crisis de los residuos plásticos.
La nueva ley de Costa Rica es un paso importante para abordar este problema, y sirve de gran modelo a seguir por otros países. Costa Rica está tomando la iniciativa en la lucha contra la contaminación plástica prohibiendo las bolsas y pajitas de plástico de un solo uso y obligando a las empresas a responsabilizarse de sus residuos plásticos.